Fue un grato y esperado reencuentro. El Hno. Cruz dió la bienvenida. Luego del cálido recibimiento y de la estruendosa y repentina aparición de la Batucada, que a muchos sorprendió, disfrutaron de las hermosas voces del coro del Colegio dirigido por el Hno. Rufino.
 
Luego se presentaron los afiches de cada delagación y se dió paso al desayuno en los comedores del colegio. Luego del desayuno los asistentes se separaron por color de distintivo y se les dió un recorrido por las distintas partes del colegio. El Hno. Isidro, en representación del Hno. Vicario de la Zona, alentó a seguir con espíritu de bondad y fuerza la labor administrativa, que no está lejos del concepto de educar y que muchas veces es así reconocida en cada Colegio.
 
Por la tarde, después de disfrutar del almuerzo y de la hermosa voz de una cantante de la zona, que interpretó canciones mexicanas; se realizó una visita a la Escuela de Caballería Blindada del Ejército, de Quillota; la cual resultó muy entretenida y de gran aporte para el conocimiento de una parte de la historia nacional. Al volver al colegio se celebró una eucaristía en el salón del Honor.

Por la tarde, se realizaron las representaciones que cada estamento había preparado cuidadosamente. Encontramos a cantantes, actores y bailarines que demostraron su histrionismo y que existe la unión, la capacidad e imaginación que da motivos para instalarse, alguna vez, en el mágico centro de un escenario. Gracias a los amigos Administrativos del Colegio Diego Echeverría por la brillante organización de este segundo encuentro; y a los Hermanos Maristas, por difundir en Chile la obra de San Marcelino Champagnat, que permite mantener estos lazos fraternos. Nos vemos en “La Serena 2005”.