A los Equipos Directivos, Equipos de Coordinación,
animadores y educadores de los Centros Educativos Maristas.
Apreciados amigos y amigas:
En el mes de octubre pasado les enviaba una carta con algunos
criterios y orientaciones generales, en vista a la elaboración
del Proyecto Vocacional de cada colegio, en el contexto
del Año Vocacional que se había iniciado oficialmente en el
Instituto el 8 septiembre 2004, y que en nuestra Provincia
postergamos para que coincidiera con el año lectivo 2005. En
dicha carta invitaba a los equipos directivos de cada colegio a
lo siguiente:
a) ofrecer una sólida formación de la fe, y crear un ambiente
que facilite un clima y cultura vocacionales;
b) intensificar el acompañamiento, las experiencias
vocacionales, las experiencias de solidaridad y los espacios de
formación;
c) destinar mayores recursos humanos (personas con tiempo
suficiente) y materiales, para garantizar el acompañamiento y la
puesta en marcha del Proyecto Vocacional de cada colegio.
En la sesión que el Consejo Provincial ha celebrado
en la ciudad de Comarapa (Bolivia), nos hemos dedicado a conocer
y compartir estos Proyectos Vocacionales y quiero, en primer
lugar, en nombre propio y del Consejo Provincial, felicitarles
por el interés y empeño que han puesto en elaborarlos. Y también
por la creatividad y entusiasmo que muchos de ellos demuestran,
tanto en los objetivos que se proponen como en los medios que
piensan llevar a la práctica.
Quiero poner de relieve la importancia de constituir los Equipos
Vocacionales locales, algunos de ellos con amplia y variada
representación y también el hecho de dar más tiempo a las
personas responsables de estos procesos. En algunos Proyectos
llama la atención la sencillez y concisión de los objetivos y
medios, en otros la iniciativa de diferenciarlos para adaptarlos
mejor a los diversos ciclos, en otros la fundamentación
doctrinal y pedagógica, en otros el intento de integrarlo en el
currículo y de dar una orientación vocacional a todas las
actividades.
Creemos que es un paso importante en el objetivo de priorizar la
evangelización en nuestros centros educativos (3ª. Prioridad).
Pues es evidente que si logramos crear una cultura vocacional
que lleve a los jóvenes a preguntarse cuál es el sueño de Dios
para cada uno de ellos, habremos logrado que dispongan de un
dinamismo interior poderoso para integrar todos los aspectos de
la educación que les ofrecemos. Ojalá este sea un paso eficaz
para que esta preocupación sea una práctica habitual en los
colegios.
Todos estos medios son importantes, pero como educadores
experimentados sabemos que lo más eficaz es el ejemplo. Les
animo, pues, a renovar su convicción personal, a perseverar en
su testimonio gozoso y en su servicio entusiasta, a
reencantarse con su vocación de educadores maristas y a seguir
creando en su colegio un clima que favorezca prioridades y
relaciones basadas en el Evangelio.
Confiándoles al Señor Jesús, que da sentido a nuestras vidas, y
a la Buena Madre y a San Marcelino que nos indican cómo
seguirle, les saluda fraternalmente.
Hno. Pedro Marcos S.E.
Provincial
Santa Cruz, 16 de mayo 2005