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II Encuentro Americano de Formación de Directivos Maristas
Publicado:
1 Abril 2013
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Entre los días 12 y 15 de abril, educadores que lideran la Misión Marista en nuestro continente se reunieron en un pueblo llamado Tequila, en Jalisco, Guadalajara. Precisamente, el proceso que lleva a la creación de este típico destilado mexicano sirvió como analogía en esta reunión: se trata de recuperar el corazón del agave (planta que es su materia prima) y liberarlo de lo que lo encubre, para que luego se pueda extraer su esencia.
Fue en el año 2011 cuando se realizó en Florianópolis, Brasil, el I Encuentro de Formación de Directivos Maristas. En esta segunda versión se reunieron más de 70 directivos y responsables de la formación de éstos de las once provincias y los dos distritos del continente.

Ernesto Reyes, Secretario Ejecutivo de Misión del Sector Chile, participó de este encuentro como Coordinador de la Subcomisión de Educación. En representación de nuestra Provincia Santa María de Los Andes asistieron Sofía Ojeda, Secretaria Ejecutiva de Misión de Perú, junto al Hno. Cruz Alberdi, Coordinador de la Comisión Provincial de Educación. En la atmósfera de un pueblo de Jalisco llamado Tequila, los directivos recorrieron la cultura mexicana del tequila, desde los campos de agave azul hasta la destilería y cavas de la casa José Cuervo. Hubo espacio para conectarse con el corazón de la Sierra Tarahumara, que recuerda nuestra misión entre los niños, niñas, adolescentes y jóvenes más pobres.
  Jóvenes maristas de Ciudad Juárez, Monterrey, Tijuana y Guadalajara estuvieron presentes con imágenes, música y bailes propios de México. Pero también expusieron los resultados de una consulta sistemática que ellos mismos organizaron entre más de 1350 jóvenes. Destacaron que lo que para la escuela es extra-curricular, para ellos es vital: “Aprendí en misiones lo que en 6 años en el aula no había aprendido”, sostuvieron. Así también dieron las gracias por la entrega, por ser humanos, perseverantes, dedicados y fraternos: “tenemos suerte de tenerlos a ustedes”, aseguraron. Y quedaron algunos desafíos planteados: “Póngannos el ejemplo de quién es Dios”, “No somos problema, somos potencia”, “Tómennos en cuenta y téngannos confianza”, “Hacer lo correcto no es lo mismo que ser aceptado” y finalmente la mayor demanda: presencia, presencia, presencia. Exposiciones

Uno de los relatores de este encuentro fue el Dr. Miguel G. Arroyo, dedicado a la educación en Brasil y América Latina. En su intervención invitó a la reflexión sobre las estructuras escolares y su impacto determinante en la educación de los alumnos: “No se puede ser director sin ser educador, sin embargo estas tareas las hemos separado (...) Toda estructura está impregnada de valores”, afirmó. El Hno. Guillermo Villarreal de México Occidental recordó que la espiritualidad apunta a lo profundo, en la experiencia del encuentro personal y comunitario con Dios. Ella nos invita a anunciar a los niños y jóvenes que Jesús y María los aman. La experiencia de Champagnat parte de sentirse amado por Dios, siendo sensible a las necesidades de su tiempo y dando respuesta a ellas, siendo signo profético en el vacío y la soledad. Acercándose ya al final del encuentro, la Subcomisión de Educación propuso algunas pistas en base al documento “El Director y su Gestión al Servicio de la Misión”: “Centralidad en los sujetos, y sujetos no simples sino complejos. Hacemos educación a partir de dónde pisamos y por dónde hemos caminado, conectando nuestros corazones con nuestros pies. Los jóvenes perciben a través de nuestro trabajo quiénes somos, ellos siguen a gente viva… ¿Así somos ¿Cuál es el tiempo que gastamos en consumir nuestra vida con los jóvenes”. El Hno. Joao Carlos Do Prado, Director del Secretariado de Misión, propuso cinco elementos claves de la Misión Marista:
- Ser Evangelizadores entre los jóvenes.
- Ser una Iglesia Mariana de Pentecostés, horizontal, guiados por el Espíritu y reconociéndonos iguales en la misión, pero con vocaciones distintas.
- María y la Anunciación: la misión que cumplimos no es de nosotros, es de Dios.
- La alegría de la niñez: aun en la pobreza los niños y niñas libres sonríen, ellos nos invitan y dan motivo para mirar la verdadera razón de la misión. El carisma marista no es sólo para los niños que están dentro de la escuela sino para todos. El buen pastor: que cada uno se deje cuidar y sepa cuidar a otros.

Finalmente, los invitó a vivir con intensidad el proceso de la 2ª Asamblea Internacional de la Misión Marista, Maristas nuevos en misión: “Cada uno de nosotros es el fuego”, aseguró.

Como los Maestros Tequileros, los líderes maristas serán quienes se encarguen de hacer la mezcla adecuada para su comunidad. Cuentan con el instinto, la formación y la experiencia necesarios para impregnar el espíritu de Champagnat, el sutil aroma de María, el sabor del Evangelio y el color de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.  

 
 

 

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