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Las Tres Violetas en Alto Hospicio
Por
Felipe Jara E.
Publicado:
10 Junio 2015
Leido 1392 veces
Alumnos y alumnas del CHF viven la Semana Champagnat
Alumnos y alumnas del CHF recuerdan a San Marcelino con hermosa representación sobre los valores de las Tres Violetas; Humildad, Sencillez y Modestia. Acá la historia realizada por una Profesora Marista CHF. 
HISTORIA DE LAS VIOLETAS

En un lugar de Francia existía un prado con mucha vegetación; habían flores hermosas y diversas que crecían con el cálido rayo de sol en la mañana.

Un día Marcelino caminaba por el prado mientras rezaba a nuestra Buena Madre, cuando en una esquina se encontraban rosas, claveles, girasoles y violetas. Al sentir los primeros rayos del sol empezaron a florecer y entre ellas a conversar:

- Hola hermanas rosas ¿cómo están? ¡Muy bien, regio; somos las más lindas de este lugar!
- Y ¿ustedes claveles?: ¡súper bien, altos y esbeltos!
- Y ¿los girasoles?: ¡Girando siempre alegres!

Mientras ellas conversaban sobre sus cualidades, empezaron a preguntarse en tono burlón:

- ¿Dónde están las violetas?

Y ellas respondieron:

- ¡Aquí! Muy bien, gracias a Dios!
Seguían conversando. Mientras, Marcelino avanzaba atraído por un aroma exquisito y peculiar.

Cuando se acerca a las rosas les pregunta:
- ¿Son ustedes?

Las rosas dicen:
- ¡Claro que somos nosotras; de hecho siempre somos elegidas para ceremonias importantes, como las Misas!

Marcelino se acercó, respiró y les dijo:
- ¡Lo siento rositas pero a pesar de su extravagante aroma no son ustedes!

Marcelino continuó buscando y se encontró con los claveles y les preguntó:
- ¿Son ustedes?,
- ¡Obvio que somos nosotros; de hecho siempre nos eligen para expresar amor por nuestra forma y olor!

Marcelino los observó y les dijo:
- ¡A pesar de lo que comentan, no son ustedes la de tan agradable aroma!
Lo mismo pasó con los girasoles.

Marcelino se preguntó: - ¿qué flor será la que tiene tan agradable olor?

Las violetas como son pequeñas, no se lograban ver a simple vista. Además, eran muy tímidas. Así que cuando Marcelino les preguntó dijeron:
- ¡No creo que seamos nosotras; somos muy pequeñas; no creemos ser dignas de lo que mencionas!
Cuando Marcelino se acercó les dijo:
- ¡Son ustedes!

Y justo en ese momento se apareció nuestra Buena Madre y le dijo:
- ¡Querido Marcelino, el camino para llegar a nuestro Padre Dios es como esta flor: modesta, sencilla y humilde!

Marcelino al escuchar esto dijo:
- ¡Madre, desde ahora practicaré siempre estos valores!



Autora: Aileen Arnés Durán
Profesora Educación General Básica.




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