En un día como hoy, hace 70 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos para proclamar que todos los seres humanos tienen los mismos derechos, independientemente de su raza, color, religión, género, idioma, opiniones políticas, origen o cualquier otra condición particular.

Ya que luego, el 10 de diciembre conmemoraremos el Día Internacional de los Derechos Humanos. Para celebrar este importante aniversario, queremos compartir la experiencia de los jóvenes maristas que han viajado a Nueva York y Ginebra para participar en eventos de las Naciones Unidas que promueven los derechos humanos.

Compartimos los testimonios de nuestras dos alumnas sobre su experiencia en la ONU:

Sofía Toro, Ex Alumna, Colegio Marista de los Andes:

Participar en los Foros Políticos de Alto Nivel en Naciones Unidas (HLPF) me permitió conocer más sobre el mundo y cómo éste funciona. Pero lo más importante - desde mi parecer - fue el tener la maravillosa oportunidad de conocer personas geniales, llenas de energía y entrega por hacer de este mundo un lugar mejor.

Los relatos de los jóvenes me enseñaron muchas cosas, desde nuevas realidades y culturas. Por sobre todo, me mostraron que con ganas y esfuerzo, los niños, niñas y jóvenes podemos aportar nuestro granito de arena y poco a poco ir generando cambios que con el tiempo crecerán y madurarán junto a nosotros.

En resumen, esta experiencia me llenó de fe y me dio esperanzas de un mundo mejor y más justo en
donde todos somos capaces de construirlo.

Camila Álvarez, alumna colegio Marista Las Compañías  :

Sin duda Ginebra me ha ayudado a crecer personalmente. Me alegro cada vez que recuerdo esos poquitos días allá y creo que las expectativas previas eran mínimas en comparación con lo que viví.

No podría precisar en un solo concepto qué fue lo más significativo, pero sí puedo decir que hubieron momentos que marcaron. Además del viaje y la estancia en Ginebra, el compartir con personas de otras naciones, el conocer a expertos como Alejandro Cussianovich; el ver que si estaba ahí no sólo era por lo que realicé previamente, si no porque hay personas que tienen la necesidad de escuchar a otras para generar un cambio. Esto me hizo reflexionar y decidir qué deseo para el futuro, y no sólo un futuro para mí, sino para todos.

Me llamó mucho la atención que se responsabilizara tanto a los adultos por las malas prácticas. Quizás es cierto que son responsables, pero también los adultos son protagonistas de las mejoras que queremos los jóvenes.

Quedarnos en la crítica constante acerca de lo que han hecho mal sólo ayudará para seguir en esa absurda lucha de generaciones. Debemos orientarnos a descubrir lo que necesitan las antiguas, actuales y futuras generaciones y para esto debemos trabajar en conjunto. Estaré eternamente agradecida de la vida y orgullosa de ser marista.

Los invitamos a revisar el archivo adjunto para más detalles de esta experiencia.