El impacto de la metodología lo he ido apreciando a través del tiempo. Como todo proceso ha requerido de etapas para ser asimilado, por una parte por mí, por los profesores que animo desde el área de solidaridad y por la institución y su organización. Puedo compartir la experiencia desde distintos prismas, primero como profesora, donde observas la apropiación de los proyectos por parte de los jóvenes (trabajo con cuarto medio), el trabajo comprometido y de protagonismo de los estudiantes, su posibilidad de hacer metacognición desde la experiencia y comentar con sus pares lo que están haciendo, lo importante que es, lo que han aprendido del otro y lo desafiante y , a veces, frustrante que puede ser el que el cambio sea lento o no poder hacer más, ante esto, aprender a entenderlo y seguir insistiendo.

 Desde la realidad de apoderada, entender el impacto, comprender que pese a que los niños son pequeños pueden y deben involucrarse socialmente, el compromiso, el aprendizaje arraigado que logra en la vida, la vinculación con la unidad de aprendizaje y los otros (uno de mis hijos quedó muy marcado con la experiencia vivida en primero básico y hasta hoy comparte la experiencia con la familia y la vincula). Finalmente, como encargada de solidaridad, logro comprender el que cueste el comienzo, que a veces sigamos con una tendencia a lo asistencial y sencillo, pero he ido entendiendo como poco a poco se va asimilando la metodología y el compromiso, que los profesores requieren de mediación con los directores para facilitar el proceso, que cuando el CODI entiende la importancia de apoyar los proyectos y no los mira en su cantidad, sino en su proyección experiencial a lo largo de la vida de los niños y adolescentes todo tiene mayor coherencia, que hay tantas instituciones, espacios, familias, ancianos, personas en condición de calle, etc. dispuestos a hacer alianzas que nos hagan crecer como seres humanos, que sería no entender el sueño del Fundador si creyéramos que no somos capaces de generar aprendizajes sirviendo a otros o creyendo que no aprendemos de ellos.

Nelly Valdivia,
Apoderada, profesora y encargada de solidaridad
Colegio Marista de Villa Alemana.