El modelo de salud sexual presentado por el Dr. Eusebio, propuso la sexualidad humana como una forma de construir al individuo a partir de las experiencias que tenemos desde los primeros años de vida y que hace que las sensaciones de placer erótico signifiquen en nuestro ser y en nuestros afectos la vinculación con otras personas y con nuestro potencial reproductivo. Este modelo es conocido como un modelo holónico de sexualidad, aplicándose a diferentes metodologías de estudio: antropológico, sociológico, psicológico y biológico.

A partir de los conceptos básicos, nos damos cuenta de la importancia de una educación integral de la sexualidad y de las múltiples construcciones mentales que adquirimos durante el fundamental a través de la interacción social adquirida en la familia, en la escuela, con los amigos y en la Iglesia/Instituto. Es por eso que la sexualidad es una característica humana que requiere un concepto claro: el resultado de nuestra capacidad de dar sentido a las experiencias y las relaciones dándoles significado.

Junto con el taller, celebramos el Miércoles de Ceniza, depositando nuestras renuncias en la preparación de un corazón para amar más. La Cuaresma es también una iluminación que nos lleva a una revisión de la vida y a la madurez, a quienes queremos una vida equilibrada en nuestra relación con
nosotros mismos y con los demás.

La psicóloga Gema Ortiz nos trajo la posibilidad de reconocer los estímulos eróticos y hacerlos agradables y seguros, libres de discriminación y violencia. Con este fin, nos presentó estrategias para reducir la violencia, mejorar nuestras habilidades y actitudes sociales, promover la capacidad de conocer nuestra historia de vida, mapear conflictos, manejar emociones, renuncias y, por lo tanto, ejercer un desarrollo sexual saludable.

Para finalizar la semana, algunos hermanos viajamos desde la Ciudad de Guatemala a las riveras del Volcán Pacaya para disfrutar de un día de paseo. Salimos de casa a las 2:30 am, pues queríamos ver el amanecer desde la cima del volcán. Fue una experiencia maravillosa pues pudimos divisar un
hermoso amanecer con una bella combinación de colores y después pudimos disfrutar de una pizza preparada y horneada a escasos metros del cráter del volcán, en realidad algo único para todos nosotros. Así fue como la semana de intensa reflexión y conocimiento concluyó con un precioso regalo de Dios: su naturaleza.