¿Pero quiénes son Luz y Esperanza? Son un grupo de mujeres que nos acompañó en iniciar este proyecto educativo. Nuestras primeras apoderadas comprometidas con Dios y con la misión de San Marcelino Champagnat.

Al comienzo no tenían nombre, sólo era un área de la naciente pastoral. Al pasar tres años y con su legado más avanzado buscaron tener uno. “Luz y Esperanza” fue el elegido por todas, definiendo así el carácter del grupo.

Nacen con el objetivo de aportar en oración y acción a la misión de los Hermanos Maristas. Las motivan tres principios: Confirmar la fe en Dios, solidaridad y perseverancia. Con estos tres lineamientos han acompañado a estudiantes, profesores y apoderados que han necesitado consuelo y oración. Sus acciones solidarias son importantes para nuestra comunidad.

Cuentan que no han sido años fáciles. Este grupo de mujeres se ha acompañado en las buenas y en las malas, en las pérdidas y en las bienvenidas. Son personas que han criado a sus hijos y nietos alrededor de la palabra de Jesús y la oración. En todos estos años pasaron de ser sólo un grupo de oración a compañeras de aventuras, las cuales comparten esta mística cada viernes por la tarde.

Francisca Silva Vera nos comparte que: “Hay una mística que se genera los viernes en esa hora, yo necesito esa oración. Sin nuestras reuniones, no es semana para mí, algo falta. Si no puedo venir, calculo la hora en que harán la oración y comparto la palabra con las personas que me acompañen”.

Como ellas lo describen, les han enseñado a conocer a San Marcelino. Sara Muñoz Castro dice: “La presencia de los Hermanos fue fundamental en nuestra fe, ellos nos enseñaron todo lo que necesitábamos saber sobre Marcelino y su misión. Amo lo que hago, en cada una de mis acciones, hay amor real por lo que este colegio hizo conmigo y con mi familia”.

Hoy se enfrentan al desafío, convocar nuevas mujeres interesadas en conocer sobre el Carisma Marista y aplicarlo en su vida. Margarita Bohn Macaya deja la invitación abierta: “Necesitamos gente joven que se nos una en la oración y en el aprendizaje sobre San Marcelino y su misión, que conozcan a los hermanos y mantengan viva esta chispa.”