Con una oración conjunta arrancó la última jornada del Encuentro este jueves 12 de enero en Limache. Luego de un espacio de esparcimiento libre, se dio inicio al Módulo 13 a eso de las 10 de la mañana. En este espacio el Delegado de Vida y Misión del Sector, Ernesto Reyes, presentó los énfasis finales y proyección para el año 2023, dando espacio para que los asistentes pudieran plantear sus ecos.

Pasado el mediodía fue momento de hacer una síntesis del Encuentro desde la mirada de Champagnat. Se revisaron cada uno de compromisos adquiridos durante estos días y los aprendizajes recibidos por parte de los CODIS e integrantes de los Ámbitos de Animación.

Para Susana Urayama, integrante del Consejo Directivo de Rancagua, el CODI deja grandes desafíos: “por el hecho de que el Carisma en nuestro, pero debemos hacerlo conversar con el contexto que estamos viviendo e ir respondiendo a los signos de los tiempos, revitalizarlo, que en eso estamos, es nuestra tarea”.

Macarena Ruíz, integrante del equipo de Educación del Ámbito sectorial de Misión, por su parte señaló que lo que más destaca de la semana es la participación. “Participación, un estilo de trabajo comunitario, con una muy buena voluntad de querer que esto transcienda, un sentido de mucha fraternidad y ganas de aprender, junto con erradicar algunas creencias que nos hacen a veces retroceder.

Nuestro Delegado de Vida y Misión, Ernesto Reyes, resaltó lo importante y significativo que fue el realizar los CODIS de forma presencial. “Después de casi tres años que había sido virtual, me quedo con la fraternidad, la cercanía, el encuentro con el otro, el compartir un café, una risa, más allá de los temas que fueron las líneas maestras, es el encuentro con el otro.”

En la misma línea, la rectora del colegio Marista de Villa Alemana, María Alejandra Silva, destacó el encuentro con la fraternidad y el trabajo colaborativo. “El reencontrarnos nos ha permitido compartir experiencias y decir, hazlo así… a mí me resulto de esta manera... y eso es impagable, no te lo enseña ninguna teoría.”

La jornada finalizó con una Eucaristía de envío, en donde se dio gracias al Padre por todo lo vivido y a Marcelino y nuestra Buena Madre por seguir intermediando para poder continuar realizando el sueño de nuestro fundador en casa una de las obras del Chile Marista.

Agradecemos al colegio Marista Santa María de Limache por la acogida y al equipo organizador por estos significativos días de hacer vivo el Carisma Marista. Seguimos cortando la roca.