La relación de Marcelino con María estaba profundamente marcada por una afectiva y total confianza en Ella, a quien veía como "Buena Madre", porque suya era la obra que había emprendido. Él nos dejó escrito: "Sin María no somos nada y con María lo tenemos todo, porque María tiene siempre a su adorable Hijo en sus brazos o en su corazón". Esta convicción lo acompañó a lo largo de toda su vida. Jesús y María eran el tesoro donde Marcelino había aprendido a poner su corazón. Esta íntima relación ayudó a modelar la dimensión mariana de nuestra espiritualidad.
En nuestra tradición, la expresión "Recurso Ordinario" resume nuestra constante confianza en María. El lema Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús, atribuido a Champagnat por su biógrafo, recoge la relación estrecha que hay entre el Hijo y la madre, así como la actitud de confianza en María que tenía el fundador y que nosotros estamos llamados a imitar. Compartimos la maternidad espiritual de María cuando asumimos nuestra tarea de llevar la vida de Cristo al mundo de aquellos cuyas vidas compartimos; y la nutrimos en la comunidad eclesial, cuya comunión afianzamos, siendo fervientes en la oración y generosos en el servicio desinteresado.
Desde el tiempo de Marcelino sus discípulos han dado a conocer a María y la han hecho amar. Hoy seguimos convencidos de que seguir a Jesús al estilo de María es una forma privilegiada de llevar a plenitud nuestro itinerario cristiano. Con un corazón lleno de compasión compartimos esta experiencia y esta convicción con los niños y jóvenes ayudándoles a experimentar el rostro materno de la Iglesia.
Extracto del documento "Agua de la Roca"
Santa M贸nica 2056, Santiago, Chile
+56 232933000
contacto@maristas.cl