Los Scouts Maristas tienen dos fuentes de valor. Por un lado, la línea heredada de Lord Baden Powell, quien fundó el Movimiento en 1907 en Inglaterra, con la lealtad, el servicio, la amistad, la vida en comunidad, el esfuerzo, la vida al aire libre y el encuentro con Dios en la naturaleza como un estilo de vida que marcan una personalidad. También está la huella de San Marcelino, quien podemos decir que fue un alegre, generoso y aventurero scout, recorriendo los montes y bosques del Pilat: su fidelidad y cariño a los hermanos, la vida fraterna y comunitaria, su constancia, la presencia y cercanía a las personas haciendo de la educación un acompañamiento y el discernimiento de Dios en su vida, es el mismo lenguaje scout en expresión marista.

Este es precisamente el actual y mayor desafío del escultismo marista, integrar y hacer vida la Ley y Promesa Scout, que toman vida en el Carisma Marista, al estilo de María, "Guiadora del travieso lobato Jesús".

En Chile, segundo país del mundo fuera de la comunidad británica en tener scouts, es el mismo Baden Powell que enciende la llama con una conferencia en el Salón de Honor de la Universidad de Chile el 26 de marzo de 1909, constituyéndose el 21 de mayo del mismo año el primer Grupo scout, con una excursión al Puente Los Morros.

Los scouts maristas inician su caminar el 21 de junio de 1929 con el Grupo Champagnat del Instituto O'Higgins, con el esfuerzo, tesón y entusiasmo que caracterizó al Hno. Luis Ibáñez, su fundador. Sigue el Grupo Rafael Ariztía fundado el 1º de abril de 1944, en el Instituto Rafael Ariztía, con el nombre de Brigada Cristo Redentor, por el Hno. Julián San Esteban. Luego el Grupo Alonso de Ercilla, fundado el 30 de abril de 1954, en el Instituto Alonso de Ercilla. Su fundador es el Hno. José Gaus.

Actualmente el Movimiento Scout está presente en todos los colegios Maristas de Chile y son recordados los numerosos campamentos que nuestros niños, niñas y jóvenes han vivido en compañía de los hermanos y de los guías.