Durante el fin de semana, los Hermanos del Sector Chile participaron en una asamblea que reunió a 40 personas. Los objetivos eran discernir sobre qué nuevo modo de ser hermano nos pide encarnar el Señor hoy y reflexionar y hacer propuestas sobre la reestructuración de las comunidades de la provincias, a la luz de la llamada capitular a construir nuevas comunidades.

Y llegado el día de la Asunción de la Virgen, se vivió una eucaristía en el Centro de Espiritualidad Marista. La celebración comenzó con una peregrinación encabezada por nuestro Provincial, el Hermano Antonio Peralta, quien llevaba en sus manos la imagen de la Buena Madre. Cerrando la procesión estaban los Hermanos Julián y Álvaro, como el mayor y el más joven de los hermanos. Ellos llevaron hasta el altar un jarrón con agua, en el que los demás hermanos fueron depositando rosas blancas que representaban las virtudes de la Buena Madre.

También los Hermanos Pedro Marcos y Mariano Varona llevaron un jarrón al altar, que fue llenado por rosas blancas que resaltaban sus virtudes y su trabajo durante estos 50 años de profesión religiosa. La homilía fue muy distinta a lo tradicional. Se invitó a todos los presentes a reflexionar y compartir en parejas dos preguntas: ¿Quién me puso a Jesús en el corazón y ¿Dónde y cómo quiero darlo a conocer.

Luego, el Hermano Mariano respondió a la primera interrogante, y el Hermano Pedro a la segunda. Para ambos, fue un momento que trajo a la memoria emotivos recuerdos y una oportunidad para agradecer a todos los amigos que los acompañaron ese día. Para finalizar la eucaristía, el Coro de Apoderados del Instituto Alonso de Ercilla regaló a los presentes su interpretación del Ave María de Julio Cuccini. De esta manera, los Hermanos del Sector Chile celebraron la Fiesta Patronal de nuestra Congregación.