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Delegado Hnos. despide al Hermano Santiago
Por
Felipe Jara E.
Publicado:
15 Diciembre 2016
Leido 2442 veces
Hno. en Obra Educativa Marista
A los 89 años falleció el querido Hno. Santiago Rosa Urquiza en la Comunidad de Sótero Sanz de Santiago. En este lugar  recibió todas la atenciones necesarias para su edad y el tumor que padeció. El Hermano, Patricio Pino, Delegado de Hermanos del Sector, escribió dos textos para despedirlo:
 
“UN FRUTO MADURO

Gracias a la vida
que nos regaló a Santiago.
Desde su terruño de aroma navarro,
nos lo dio maduro, con camino andado:
veintisiete años tenía,
de amor familiar sentido
y de servicio marista entregado,
cuando llegó, contento,
a nuestro lado.

Todo comenzó en Iturmendi,
respirando aires familiares;
y acabó aquí, en Santiago,
respirando, tranquilo,
y cada vez más pausado,
el amor de sus hermanas y hermanos;
respiros de oración,
de gratitud y veneración
rodearon su habitación.

Casi noventa años
y bien llevados,
con varias quebraduras
y un tumor bien localizado
que fue pronto extirpado;
todo esto fue para ti
ocasión de admiración
y de sentida oración
de gratitud y adoración.

Pero, además de la salud,
fueron años de plenitud:
así viviste la vida
que se te brindó:
entrega sostenida
en muchas misiones
de gobierno y educación,
y, en este último tiempo,
de paciencia y contemplación.

La educación de juventudes
fue tu sueño y pasión
por varios lustros;
y en cada generación
cosechabas una lista
y una foto de la promoción;
con facilidad recitabas
sus nombres queridos
si encontrabas la ocasión.

Tu contemplación era activa,
como el subsuelo de La Valla;
plantabas flores, cultivabas la familia,
creabas lazos con tantas personas
que la vida te ofrecía;
y, aunque con algunos
estabas a la defensiva,
no cerrabas, por eso,
tu cálida empatía.

El diálogo, la ironía,
el humor y la simpatía
hacían agradable
tu presencia y compañía;
así enfrentaste las crisis
que a cada rato salían
cuando gobernabas,
con esfuerzo y tiento,
nuestra compleja geografía.

Muchos hermanos se fueron
en esos tiempos de revuelo,
todo se renovaba
con nuevos experimentos;
no era esto tu fuerte,
pero sorteaste el momento:
cuánto dolor encubierto
acompañaste en el desierto
de desaciertos y aciertos.

En materia de tertulia,
fuiste momio, chismero
y futbolero;
un apodo chispeante
para cada personero;
pero no te olvidabas
de los dramas y lamentos
que recogías, al vuelo,
con cariño en cada encuentro.

Te extrañaremos, hermano:
tu presencia entre nosotros
fue por largo tiempo
un lugar de parqueo
en tiempos turbulentos;
y aún compartiendo
tus propios tormentos,
dudas y entuertos,
fuiste humanidad al descubierto.

Agradecemos tu opción
de dejar tu tierra
y salir de prisa
a nuestra lejana cordillera;
son más de 60 años
regando nuestra huerta,
para que el Evangelio
también aquí floreciera
en fraternidad, en torno a una mesa".
 
Descansa en paz, y ruega a María por nosotros.




Biografía 

Su nombre de pila: Santiago Rosa Urquiza. En religión y hasta 1963, hermano Andrés José. Nació en Iturmendi, Navarra, España, el 5 de marzo de 1927. Falleció en nuestra casa de Sótero Sanz, en Providencia, Santiago de Chile, el 1 de diciembre de 2016; tenía 89 años de edad y un tumor en el cerebro.

Cuatro años antes, consultado sobre los servicios que le gustaría desempeñar en los próximos años, expresó: Hacer presencia en algún colegio, ayudar en la vigilancia, y también a los hermanos en algún trabajo de la comunidad, y trabajar en el jardín de la casa mientras tenga fuerzas. Es lo que hizo en Curicó en sus últimos años.

Sus padres: José y Melchora, tuvieron 12 hijos. 8 varones y 4 mujeres. Recordaba a su familia como gente de trabajo duro y oración diaria. El papá trabajaba en una fábrica de cemento, pero luego debió encargarse del trabajo de las tierras de la familia, cosa que hizo con Melchora.

En septiembre de 1938, cuando tenía 11 años, y motivado por un compañero de pueblo que allí estaba, ingresa al juniorado de Arceniega, en Álava. Había allí 110 juniores. En 1939, ante una propuesta de los formadores, se ofrece, con el consentimiento de sus padres, para ir al juniorado de Grugliasco, a prepararse para las misiones del Instituto, pero esto no se pudo concretar a causa de la guerra de Europa.

En 1940, es trasladado al juniorado mayor de Haro, en La Rioja, donde había 50 juniores, en una casa más pequeña. Allí recibió en una ocasión la visita de su padre, por un día, con gran sorpresa para él. Conservaba un grato recuerdo del Mes de María en esta casa, donde el hermano Hegesipo les hacía dibujar en la pizarra, cada día, una flor, para orar todos juntos el Mes en torno a esta flor que ofrecían a María. Desde esta experiencia tomó el gusto por saber de las flores y por cultivar los jardines, gusto y dedicación que siempre conservó.

En septiembre de 1941 es trasladado otra vez, ahora a Villafranca de Navarra, con el hermano Secundino Pérez, para terminar allí unos meses de juniorado y luego, realizar el postulantado y noviciado. El 8 de septiembre de 1942, hace su toma de hábito, con la compañía de su madre y de una tía. Ahí recibe el nombre religioso de Andrés José, en honor a un hermano mártir de la guerra civil. Este tiempo en Villafranca lo recuerda como tiempo de canto y armonio, de fraternidad y dirección espiritual.

El 25 de julio de 1943, con 16 años y 5 meses, hace en Villafranca la primera Profesión, con la presencia grata de varios de sus hermanos. Es enviado a Castilleja de la Cuesta, para realizar allí el escolasticado.

En marzo de 1944 va a su primer destino apostólico, en el colegio Cervantes de Córdoba. Imprevistamente, en octubre de ese año, solo y llorando, va a la estación para ir a Cartagena a reemplazar a un hermano. A raíz de esta experiencia, nos contaba que siempre le han costado los cambios, por los lazos que crea, tanto con los hermanos, como con los alumnos que deja. De casi todos sus cursos conserva la lista y la foto.

En septiembre de 1945, otra vez cambio, ahora a Huelva. Aquí buscó un director espiritual y habló con el provincial sobre los cambios; el hermano Provincial le dijo: “Usted tiene buen carácter y se acomoda fácilmente”, pero no sabía cómo lo vivía interiormente. Lo envía en septiembre de 1946 a Murcia y allí le deja por cinco años, hasta 1951. En ese lugar, en 1948, hace el retiro de 30 días preparándose a la profesión perpetua, con 21 años cumplidos. Luego del retiro tiene su primera visita a la familia desde 1939.

En Murcia la comunidad tiene 36 hermanos y a él, le encargan el deporte del colegio, y él se encarga de los jardines: cientos de rosales rojos y blancos. También le encargan el internado de los pequeños. No era de su agrado este servicio; según él esos niños deberían estar con su madre. Él fue padre y madre de esos niños. En ese tiempo se graduó en la Normal como maestro.

En septiembre de 1951 lo destinan a Sevilla. En marzo de 1952 Santiago solicita al Asistente general ir a las misiones. De 1952 a 1954 lo destinan nuevamente a Huelva. Este último año, el Superior general le comunica que irá a misiones a Argentina, pero en el retiro de ese año, el hermano provincial le pide que vaya a Chile, en razón del compromiso que tenía la provincia de Bética de enviar a 12 hermanos jóvenes a Chile.

Realiza entonces su segunda visita a la familia, para comunicar su destino misionero. Tiene 27 años y sus padres quedan llorando. En Buenos Aires se encuentra con su tío materno, José Miguel, y este le contacta con los otros parientes de Argentina. Se crearon aquí lazos de por vida.

El 4 de octubre del 1954 llega al aeropuerto de Cerrillos en Santiago: le esperan los hermanos Berardo, Hilario y Fernando Puebla. Dos días después, el hermano Lucinio le destina a La Calera. Es un tiempo de adaptaciones y trámites, que termina con un gran deseo de volver a su querida patria. Pero en febrero del año siguiente es destinado a Curicó. “Es donde más feliz he estado” acotaría él mismo luego de la crisis de llegada. Tenía allí horario completo y 55 alumnos que atender. Es un tiempo, además, para para preparar el bachillerato, para armar y dirigir coros, arreglar jardines e iniciar su variada experiencia de viajes de estudio con los alumnos.

En 1961 es enviado al Alonso de Ercilla, para que, además de las clases asignadas, inicie los estudios universitarios en letras. En 1964 va a Rancagua y, en 1965 le toca organizar las bodas de oro de ese colegio.

En diciembre de ese año va España a vivir la experiencia del segundo noviciado y tener su primera visita de familia como misionero; han pasado 11 años, es su primera navidad en casa desde 1938. Desde España va a Roma, donde puede ver a su hermana Casilda, ahora religiosa. Le dejan medio año más en España como submaestro del segundo noviciado, que estaba a cargo del hermano Basilio Rueda.

En 1967 vuelve a Chile, a Rancagua, y se hace cargo del retiro de preparación a la profesión perpetua, en Lo Lillo. En 1969 es nombrado director de Rancagua. Tiene 42 años. El año anterior, el hermano Provincial, Ángel Llobet, le nombra Viceprovincial.

16 de octubre de 1971, asume como Provincial de Chile. Aprovechando su visita a las casas de formación de España, va cada año a ver a su familia en Argentina. A fines de 1974 muere papá y a los pocos meses, mamá. El hermano Basilio Rueda le pide que vaya a España, pero él desiste y prepara la visita del Superior general a Chile en 1975. Participó, con el hermano Nemesio, en el Capítulo general de 1976. En agosto de 1977 termina este servicio y asume, por seis años, la Administración provincial.

En agosto de 1984, a Curicó otra vez; será director y celebrará los 75 años del colegio. En 1993, Villa Alemana. 1994 a 1996, otra vez Administrador provincial. De 1997 a 2000 está en Roma, ayudando en el Archivo general. Desde allí vive la canonización de Marcelino.

El año 2000, regresa a Chile, nuevamente como opción personal y misionera. Llega a Sótero como ayudante del Administrador. El 2001, operación de cáncer al estómago, sus sobrinos están presentes, una vez más. Su reflexión de esta etapa: El Señor ha sido muy condescendiente conmigo y me ha dado un tiempo más para que me pueda preparar mejor al encuentro definitivo.

El 2006 es nombrado Superior de la casa de Sótero. El 2009, nombrado a Curicó, donde el 2011 asume como Animador Comunitario”.
 

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